Chinchilla mon amour

El libro Chinchilla mon amour, de Arturo Tendero, se presentó el jueve 16 de marzo en el Casino de Chinchilla. Se trata de una recopilación de artículos sobre la ciudad que suponen una panorámica histórica de la misma desde la era de los dinosaurios, cuando Chinchilla era una playa cretácica, hasta la muerte en 2016 de José Ferrero, el tenor que residía en la localidad. En total, ciento veintisiete artículos, muchos de los cuales se fueron publicando los domingos en el diario La Tribuna, en una columna con el mismo título genérico de Chinchilla mon amour. En la presentación participaron, con Arturo Tendero, la etnógrafa Fina Ortega y el historiador Luis Guillermo García-Saúco, que además es hijo adoptivo de Chinchilla.
El autor ha ordenado los artículos cronológicamente en etapas, para que la lectura permita situar en el tiempo cada uno de los episodios. La fotógrafa Consuelo López Moreno aporta varias decenas de imágenes que ilustran los lugares por donde sigue discurriendo la historia. Además la diseñadora Ana Navarro ha actualizado para el libro el plano de la ciudad que ella misma realizó a principios de siglo y que se viene utilizando en todos los folletos turísticos. El volumen se completa con apéndices de los nombres de las personas que se citan, los lugares que aparecen, los libros que han abordado la ciudad desde diferentes enfoques y temas, y también un índice cronológico realizado por Ardiel Tendero. Los editores, Popular Libros y La Siesta del Lobo, han hecho un esfuerzo para que toda esta riqueza de datos y de elegancia visual, en 320 páginas, pueda adquirirse por un precio asequible.
Arturo Tendero ha explicado que el libro viene a llenar un vacío sobre la historia de Chinchilla, ya que se han realizado sobre ella multitud de estudios, pero ninguno que recoja sistemática y organizadamente todos los periodos. Se trata de una panorámica. Los chinchillanos están orgullosos de su pasado, pero cuando hablan de él lo tienen en la cabeza como una nebulosa. Este libro viene a concretar y a reforzar los motivos por los que pueden sentir ese orgullo. En cuanto a las imágenes, recogen lugares valiosos que siguen vigentes, en lugar de asomarse a lo que está definitivamente perdido.

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